Vistas de página en total

sábado, 20 de diciembre de 2008

¿Y al fin Dios qué?

Teniendo en cuenta que este es un blog recién nacido y que realmente no soy escritor, para este primer post decidí escribir acerca de algo sencillo y que todos tuviéramos perfectamente claro:

Dios

¿Perfectamente claro cierto?

Entonces sin más preámbulos ¿qué es Dios? Les cuento como yo lo expresaría:

Dios es aquello que está viendo a través de tus ojos, escuchando a través de tus oídos y sintiendo a través de tu piel en este mismo instante.

Y eso que Dios está viendo, escuchando y sintiendo en este mismo instante es una película, una película creada por él mismo para entretenerse porque estaba aburrido de ser todo y de tenerlo todo.

Pero resulta que se entretuvo tanto que se olvidó de que fue él quien creó la película y de que él mismo está interpretando todos los papeles. Él es el autor, los actores y el público.

Y eso eres tú.

Pero ¿y cómo es que no lo sabíamos? ¿cómo es que no sabíamos que somos todo, que somos infinitos?¿además si yo soy todo entonces porqué me siento separado, aislado y lleno de problemas?

No lo sabíamos y sobre todo no lo sentimos asi porque estamos acostumbrados a creer que el mundo esta compuesto de "partes". Creemos que una flor es una parte, una piedra es otra parte, una nube otra y aquello que llamamos "yo" otra. Luego todas estas "partes" de alguna manera se suman y tenemos esa cosa que llamamos "el mundo".

¿Pero qué es "el mundo" en realidad?

Pues en realidad "el mundo" es quien tú eres.

Pero mientras sigamos creyendo que somos "una parte" del mundo no podemos despertar, no podemos entender quienes somos realmente. Y soy muy cauteloso con la palabra entender porque, siendo sincero, debo decir que esto es algo que puede ser experimentado, mas no entendido. De hecho es precisamente nuestra necesidad de entender quien somos lo que nos impide experimentar quien somos (el mundo entero, el infinito) porque aquello que esta tratando de entenderlo es nuestra mente, y la mente no lo puede entender, ya que el trabajo de la mente es crear límites, es ella la que se encarga de poner el límite entre "esto y aquello" "adentro y afuera" "arriba y abajo" y finalmente "yo y no yo". O sea que es nuestra mente la que nos dice hasta donde llegamos.

¿Que tal? ¿como si nuestra mente tuviera el derecho de definirnos, de limitarnos?

Recuerda esto: cada vez que te defines, te limitas.

Si alguien nos pregunta: ¿y tú quién eres? solo podemos responder con una definición (soy x el hijo de x y hago x) pero nada de eso es lo que somos.

Pretender explicar quien somos usando palabras, símbolos o conceptos es como pretender que alguien que nunca se ha comido una fresa sepa lo que es comerse una fresa explicándole lo que es comerse una fresa.

Ten esto bien claro: Tú no eres tu nombre y tú no eres lo que haces, eso solo son palabras.

Si fuera así, al cambiar de nombre y de profesión dejarías de ser.

La verdad es que no hay manera de definir quien eres tú, por que tú eres todo, tú eres este mismo instante.

Bueno, pero y cómo fue que empecé por preguntar ¿qué es Dios? y terminé por preguntarme ¿quién soy yo?

Será que para saber qué es Dios ¿hay que mirar adentro?

Repito:

Dios es aquello que está viendo a través de tus ojos, escuchando a través de tus oídos y sintiendo a través de tu piel en este mismo instante.

Y eso que Dios está viendo, escuchando y sintiendo en este mismo instante es una película, una película creada por él mismo para entretenerse porque estaba aburrido de ser todo y de tenerlo todo.

Pero resulta que se entretuvo tanto que se olvidó de que fue él quien creó la película y de que él mismo está interpretando todos los papeles. Él es el autor, los actores y el público.

Y eso eres tú.

Así que la próxima vez que mires una flor recuerda que no eres tú mirando una flor. Es Dios mirando a Dios y Dios siendo visto por Dios.

La próxima vez que acaricies un gato recuerda que no eres tú acariciando un gato. Es Dios acariciando a Dios y Dios siendo acariciado.

Y la próxima vez que pises caca de perro recuerda que no eres tú pisando caca de perro, es Dios pisando y Dios siendo pisado.

Y todo eso eres tú.

Santiago Jiménez Blanco.