Vistas de página en total

lunes, 19 de enero de 2009

¿Cómo suena un árbol al caer... si no hay nadie que lo escuche?

Este es un famoso Koan salido de la tradición Budista Zen (un Koan es una especie de acertijo espiritual que no puede ser resuelto con el intelecto, si no a través de una profunda introspección y que al resolverse nos brinda una luz hacia nuestra verdadera naturaleza)

Lo que no sabían los antiguos maestros es que la ciencia moderna nos puede ayudar a entender este hermoso Koan.

Sabemos que el sonido son ondas, vibraciones que se propagan a través del aire y que luego impactan nuestros oídos, después se convierten en impulsos eléctricos que son procesados en nuestro cerebro y finalmente aparece en nuestra conciencia aquello que llamamos sonido. Por lo tanto el sonido no está "allá afuera", está literalmente adentro tuyo, tú lo creaste. Afuera solo hay vibración, y esta vibración se convierte en sonido únicamente cuando la procesamos.

En otras palabras, afuera de nuestros sentidos solo existe un potencial, solo existen posibilidades infinitas, vibraciones que luego nosotros mismos convertimos en aquello que llamamos realidad.

No hay sonido si no hay nadie que lo escuche ¿No es esto increíble?

Si de verdad comprendemos esto, nos daremos cuenta de cómo nosotros mismos creamos nuestro mundo, nuestra experiencia de vida momento a momento, por que el mundo no está "allá afuera". Así como tú mismo creas el sonido, tú mismo creas literalmente tu mundo, TU pones los limites. Todo este universo que tienes en la cabeza no existiría sin ti. Está siendo creado por ti en este mismo instante.

El problema es que no nos damos cuenta de este proceso y creemos que la realidad es algo externo a nosotros, algo que debemos confrontar y manipular para lograr cosas y sentirnos felices; eso es un tremendo engaño. Sentimos que el mundo viene hacia nosotros cuando en realidad sale desde nosotros. En la primera situación somos victimas, en la segunda somos creadores.

Tú creas tu alegría y tu tristeza, tu éxito y tu fracaso, tú creas todo tu mundo momento a momento.

Y la forma como lo creamos es a través de nuestra interpretación, me explico con un ejemplo:

En nuestra cultura hay un marcado miedo a la muerte, o sea que vemos a la muerte como algo terriblemente "malo" y de lo cual debemos huir. Sin embargo existen culturas donde la muerte se mira con regocijo, como un paso a otro mundo, como liberación, etc. Entonces ¿Cuál es la "realidad"? ¿Es la muerte algo malo o algo bueno? En verdad es lo que tú decidas que sea, lo que pasa es que no somos realmente concientes de cómo tomamos nuestras decisiones, las tomamos automáticamente basándonos en patrones que nuestra cultura nos implantó.

El ser humano conciente no cae en estos juegos, él sabe que el mundo es su creación, él sabe que él y el mundo no son dos cosas, son una sola e inseparable.

Para un ser conciente es fácil amar todo lo que existe, por que reconoce que es su creación.

O sea que si sientes odio hacia alguien o hacia algo recuerda que ese odio no está "allá afuera" , tú lo estas creando, está adentro tuyo envenenando todo tu ser.

No trates de arreglar el mundo, trata de arreglar tú mundo. Y el primer paso para hacerlo es reconocer que esta siendo creado por ti en este mismo instante.

Tú no estas separado del mundo.

El mundo eres tú.

Santiago Jimenez Blanco

miércoles, 14 de enero de 2009

Los opuestos y tu YO verdadero

Si observamos con atención nos daremos cuenta de que este mundo esta hecho de opuestos. De alguna manera todo lo que existe tiene un opuesto, lo vemos claramente en aquellas cosas que etiquetamos como "buenas" y "malas" o "deseables" y "no deseables" (riqueza vs. pobreza, salud vs. enfermedad, éxito vs. fracaso, etc.)

Nuestra cultura nos dice entonces que debemos buscar aquellas cosas que son deseables y huir de las indeseables. Tenemos que buscar el éxito a todo costo y evitar como sea fracasar, mantenernos sanos y huir de la enfermedad, en resumen debemos ser felices y evitar la infelicidad.

Pero hay un problema con esta manera de pensar; Resulta que los opuestos son inseparables, dependen total y absolutamente uno del otro y si uno desaparece se lleva consigo al otro. No puede haber salud sin enfermedad, riqueza sin pobreza ni paz sin guerra de la misma manera que no puede haber arriba sin abajo ni izquierda sin derecha.

Trata de imaginar que todo lo que esta ahora mismo a tu alrededor estuviera arriba y no hubiera nada abajo ¿qué quedaría? Todo colapsaría y no existiría nada de lo que ves.

En realidad es precisamente esta tensión entre los opuestos lo que hace que el mundo se materialice. Si nos sentimos enfermos es por que antes estábamos sanos, o sea que no podemos conocer la salud si no conocemos también la enfermedad. El problema es que entonces nos apegamos a estar sanos todo el tiempo y le tenemos fobia a estar enfermos, en otras palabras queremos que todo en nuestra vida este "arriba".

Buscar tener uno solo de estos opuestos es como buscar un palo con un solo extremo.

Esto no quiere decir que no tratemos de estar sanos, de ser felices y exitosos, el problema es nuestro apego inconciente a serlo todo el tiempo y nuestra aversión (también inconciente) a su opuesto. Estamos tratado de ganar un juego inganable, y así creamos sufrimiento innecesario.

Además hay algo muy irónico en esta "inconciencia de los opuestos". En general siempre estamos huyendo los "opuestos indeseables", tratamos de empujarlos hasta el fondo de nuestra conciencia por que les tememos. Sin embargo esta claro que son necesarios para que los "opuestos deseables" puedan existir, entonces de manera inconciente tendemos a enfocarnos en ellos.

Si no hay ningún problema con nuestro cuerpo y de pronto nos empieza a doler una rodilla ¿hacia donde dirigimos nuestra atención?.

A menudo nuestra mente tiene la tendencia a enfocarse en aquello que consideramos que está mal y a ignorar lo que está bien. Enciende tu televisor y lo verás, aunque hay miles de cosas buenas sucediendo todo el tiempo, el noventa por ciento de lo que escogemos ver es lo que está mal, lo que hay que arreglar.

Entonces formamos en nuestra mente la idea de que "el mundo está mal" y sin darnos cuenta creamos más de aquello que "está mal" al enfocarnos en ello. Es un circulo vicioso que nos atrapa y nos envenena.

No sé por que en este estado de nuestra evolución la mente humana funciona de esta manera, y realmente creo que no es necesario averiguarlo (eso seria seguir enfocándose en lo que está mal) pero si creo que podemos hacer algo:

Despertar.

Me refiero a despertar nuestra conciencia. Nuestra capacidad de elegir en cada momento en donde colocamos nuestra atención.

Como dije antes, los opuestos son inseparables. Solo podemos medir nuestra felicidad en términos de nuestra infelicidad, la infelicidad es el fondo sobre el cual la felicidad se refleja. Si no existiera una no tendríamos el contraste que nos deja ver la otra, en realidad no estan separadas, son dos caras de una sola moneda.

Así que la próxima vez que te sientas aburrido, enfermo o fracasado, recuerda que ese es precisamente el fondo sobre el cual se reflejan tu creatividad, tu salud y tu éxito. No son tus enemigos, son absolutamente indispensables en tu existencia.

Aprende a amar lo malo tanto como amas lo bueno por que no puedes tener uno sin el otro. Y recuerda que temerle a la muerte en el fondo es temerle a la vida.

Cuando sentimos que las cosas "están mal" nuestra visión es incompleta, hemos decidido ver un solo lado, por que si miramos bien nos daremos cuenta que en este mismo instante hay infinidad de cosas que "están bien" y por las cuales podemos sentirnos agradecidos.

Simplemente hemos decidido no poner nuestra atención en ellas. En otras palabras: Estamos dormidos.

Pero si logramos despertar, si podemos ver como los opuestos dependen uno del otro y como en el fondo no están separados, nos daremos cuenta de algo increible:

De la misma forma en que arriba y abajo no estan separados, aquello que llamas "yo" y aquello que llamas "no yo" tampoco lo están.

Tú no eres un ser separado.

Lo que tú eres es el universo entero, esa es tu verdadera naturaleza, tu verdadero YO.

Así que cuando sientas tristeza, miedo y confusión, mira bien y descubrirás como se convierten en felicidad, valentía y claridad.

Por que en realidad los opuestos no son dos, son uno.

Y ese uno eres tú.

Santiago Jimenez Blanco.