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domingo, 25 de noviembre de 2012

La Historia Personal y el Cine

Por lo general cada vez que conocemos a alguien, le hacemos preguntas de este estilo: cómo te llamas? donde naciste? en qué trabajas? qué te gusta hacer? Igualmente, cuando alguien nos pide que le hablemos acerca de nosotros, nos dirigimos a los mismos lugares. Le contamos cuáles son nuestras preferencias, las cosas que nos han pasado, nuestros anhelos y problemas. Le hacemos una descripción de lo que creemos que somos.

Esta descripción puede catalogarse como nuestra "historia personal." Es algo así como el argumento de nuestras vidas. Si prestamos atención, notaremos que nos referimos a nosotros mismos como si fuéramos el personaje de una película.

Si bien nuestra historia personal es parte importante de nuestra vida, no es lo que "somos" en realidad. De la misma manera en que el mapa de un país no es ese país, o que una foto del mar no es el mar.

De hecho, esta historia personal termina convirtiéndose en una especie de lastre que arrastramos a todo lugar, en una especie de jaula que inconscientemente nos limita y encasilla. Termina convirtiéndose en el lente a través del cual filtramos nuestra experiencia de la realidad, creando constantemente categorías de bueno vs malo.

Luego olvidamos que estos juicios y categorías son relativas y arbitrarias, son ideas que constantemente imponemos a la realidad. Diferentes historias personales juzgan el mismo evento de diferentes maneras, dependiendo de las situaciones que cada una de ellas ha vivido. Nuestras historias tienden a limitar la realidad. Es cierto que nuestra historia personal muchas veces es bastante útil, sin embargo no es necesario llevarla con nosotros a donde quiera que vamos, no es necesario tomarnos siempre tan en serio el personaje de la película.

Continuando con esta metáfora, si comparamos nuestra historia personal con el personaje de una película, quizás podamos empezar a notar algo que generalmente pasamos por alto, tanto en el cine como en la vida. Esto es la pantalla sobre la cual la historia se refleja.

Esta pantalla tiene unas características muy peculiares, resulta que aunque en la película haya un incendio, la pantalla no se quema, y si hay un diluvio la pantalla no se moja, no se ve afectada por nada de lo que sucede en la película, estaba antes de que la película empezara y continuará una vez la película termine, además sobre la misma pantalla se pueden reflejar todas las películas.

El personaje de la película tiene infinidad de preferencias, problemas, apegos y aversiones, pero esta pantalla es libre de todo eso. El descubrimiento de este lugar es análogo a la liberación de nuestra historia personal, a la liberación de nuestra identidad limitada para dar paso a nuestra identidad real.

En el budismo, a esta pantalla se le conoce como el "absoluto" o la "naturaleza del Buda" Es ese lugar sin límites, sin tiempo ni espacio, más allá de toda idea o concepto. Desde este lugar es claro que toda separación es superficial e ilusoria, no importa cuantas películas se proyecten, la pantalla sigue siendo una sola, este descubrimiento equivale al gran despertar.

Si bien es cierto que este despertar genera un profundo cambio en las vidas de aquellos que lo experimentan, eso no significa que de ahora en adelante el personaje de la película será perfecto, libre de problemas o inmortal. La película del mundo relativo sigue su curso y eventualmente terminará. Las personas que descubren este lugar siguen participando activamente en su papel, pero reconocen la superficialidad del mismo, ellos saben que su papel no es lo que en verdad "son." Es la máscara que necesitan para participar en la película.  

La siguiente realización es ver como la película y la pantalla se soportan y complementan una a la otra. Esta es la unión de lo relativo y lo absoluto, de la forma y el vacío, como dos flechas que se encuentran en el aire. Cada uno de nosotros es lo absoluto de la vida, cada uno de nosotros es la fuente del universo entero, y al mismo tiempo cada uno de nosotros está cumpliendo su minúsculo papel en la película del mundo relativo.

Vivir en este lugar es vivir en el interior de cada ser, de cada mente y de cada corazón. Y al mismo tiempo es ser libre de no vivir en el interior de ningún ser, de ninguna mente y de ningún corazón.

jueves, 15 de noviembre de 2012

No Hay Tiempo (Para Entender)

No hay tiempo para entender por que en verdad el tiempo es una idea. El tiempo no es más que una herramienta diseñada por la mente conceptual para tener un punto de referencia. Esta herramienta nos es muy útil para navegar la realidad relativa o convencional de la vida diaria. Todos nos hemos puesto de acuerdo en que si hoy es lunes, mañana es martes y ayer fue domingo, en que si en este momento es la 1, dentro de 3 horas serán las 4.

Esta forma de organizarnos evita que el caos y la confusión se apoderen de nosotros, como dije antes, nos brinda un punto de referencia. Sin embargo el utilizar tanto esta herramienta inconscientemente, ha hecho que se nos olvide que en realidad no está ahí. No hay "algo" a lo que podamos llamar "el tiempo." No es una fuerza u objeto tangible, no está ubicado en ningún lugar y no tiene ningún efecto sobre nada, es una idea más.

Lo que existe es el cambio, la impermanencia. No hay ninguna forma que pueda quedarse estática indefinidamente. Ningún pensamiento, sensación, sonido u objeto físico permanece sin cambiar y eventualmente desaparecer, desde partículas subatómicas hasta galaxias enteras, incluyendo por supuesto a los seres humanos, todo siempre está en constante cambio.

Entonces de dónde salió nuestra idea del tiempo? Una explicación es que las formas tienen ciertos patrones generales que siguen al cambiar.  Esto ha sido explorado por la ciencia y se describe principalmente por la segunda ley de la termodinámica, que en resúmen demuestra como todo tiende a volverse cada vez más y más complejo y "desordenado." Es por eso que si vemos un huevo estallado en el suelo, asumimos que antes estaba sin estallar, si vemos un cubo de hielo y un charco de agua, reconocemos cuál es el orden de los sucesos. Un charco no se congela en forma de cubo y un huevo estallado no vuelve a su estado anterior, todo tiende a "desordenarse."

El tiempo entonces es un concepto que hemos diseñado para tratar de comprender este constante cambio que vivimos momento a momento en nuestra experiencia sensorial, es una manera de darle sentido a esta experiencia, es algo que nuestra mente ha creado pero que en realidad no está ahí.

Dicho de otra forma, el tiempo es un invento que responde a nuestra necesidad de "entender" lo que está pasando. Estamos programados para tratar de entender, ya que entender nos permite predecir y por ende sobrevivir, que es el impulso fundamental de todo organismo consciente, categoría a la que desde luego pertenecen los seres humanos.

Esta capacidad de entender cada vez más y más es algo admirable que la naturaleza ha venido desarrollando y perfeccionando, y cuya máxima expresión se refleja en el ser humano.

Sin embargo y de forma paradójica, esta necesidad inconsciente de entender puede convertirse en una obsesión que termina haciendonos prisioneros de nuestra propia razon, puede hacernos sufrir, hacernos sentir limitados e impotentes.

El Zen - al igual que otras tradiciones contemplativas - nos ayuda a ponernos en contacto con aquella parte de nosotros que va más allá de la necesidad de entender, que está antes del surgimiento de esta necesidad, que es libre de esta necesidad. El Zen no niega la existencia del entendimiento, lo abraza y lo trasciende, para llevarnos a un lugar más allá de él, sin fornteras o límites, sin comienzos ni finales, sin puntos de referencia, sin tiempo.

El descubrimiento de este lugar que no es un lugar en el sentido convencional, produce un gran cambio en los seres que lo experimentan y cultivan, dando paso a la posibilidad de una vida mucho más rica y profunda, y paradójicamente crea el espacio para un entendimiento racional aún mayor. El reconocer los límites del entendimiento hace que los mismos se expandan más allá de lo conocido.

Así el verdadero y libre entendemiento va más allá de entender y no entender.