Si observamos con atención nos daremos cuenta de que este mundo esta hecho de opuestos. De alguna manera todo lo que existe tiene un opuesto, lo vemos claramente en aquellas cosas que etiquetamos como "buenas" y "malas" o "deseables" y "no deseables" (riqueza vs. pobreza, salud vs. enfermedad, éxito vs. fracaso, etc.)
Nuestra cultura nos dice entonces que debemos buscar aquellas cosas que son deseables y huir de las indeseables. Tenemos que buscar el éxito a todo costo y evitar como sea fracasar, mantenernos sanos y huir de la enfermedad, en resumen debemos ser felices y evitar la infelicidad.
Pero hay un problema con esta manera de pensar; Resulta que los opuestos son inseparables, dependen total y absolutamente uno del otro y si uno desaparece se lleva consigo al otro. No puede haber salud sin enfermedad, riqueza sin pobreza ni paz sin guerra de la misma manera que no puede haber arriba sin abajo ni izquierda sin derecha.
Trata de imaginar que todo lo que esta ahora mismo a tu alrededor estuviera arriba y no hubiera nada abajo ¿qué quedaría? Todo colapsaría y no existiría nada de lo que ves.
En realidad es precisamente esta tensión entre los opuestos lo que hace que el mundo se materialice. Si nos sentimos enfermos es por que antes estábamos sanos, o sea que no podemos conocer la salud si no conocemos también la enfermedad. El problema es que entonces nos apegamos a estar sanos todo el tiempo y le tenemos fobia a estar enfermos, en otras palabras queremos que todo en nuestra vida este "arriba".
Buscar tener uno solo de estos opuestos es como buscar un palo con un solo extremo.
Esto no quiere decir que no tratemos de estar sanos, de ser felices y exitosos, el problema es nuestro apego inconciente a serlo todo el tiempo y nuestra aversión (también inconciente) a su opuesto. Estamos tratado de ganar un juego inganable, y así creamos sufrimiento innecesario.
Además hay algo muy irónico en esta "inconciencia de los opuestos". En general siempre estamos huyendo los "opuestos indeseables", tratamos de empujarlos hasta el fondo de nuestra conciencia por que les tememos. Sin embargo esta claro que son necesarios para que los "opuestos deseables" puedan existir, entonces de manera inconciente tendemos a enfocarnos en ellos.
Si no hay ningún problema con nuestro cuerpo y de pronto nos empieza a doler una rodilla ¿hacia donde dirigimos nuestra atención?.
A menudo nuestra mente tiene la tendencia a enfocarse en aquello que consideramos que está mal y a ignorar lo que está bien. Enciende tu televisor y lo verás, aunque hay miles de cosas buenas sucediendo todo el tiempo, el noventa por ciento de lo que escogemos ver es lo que está mal, lo que hay que arreglar.
Entonces formamos en nuestra mente la idea de que "el mundo está mal" y sin darnos cuenta creamos más de aquello que "está mal" al enfocarnos en ello. Es un circulo vicioso que nos atrapa y nos envenena.
No sé por que en este estado de nuestra evolución la mente humana funciona de esta manera, y realmente creo que no es necesario averiguarlo (eso seria seguir enfocándose en lo que está mal) pero si creo que podemos hacer algo:
Despertar.
Me refiero a despertar nuestra conciencia. Nuestra capacidad de elegir en cada momento en donde colocamos nuestra atención.
Como dije antes, los opuestos son inseparables. Solo podemos medir nuestra felicidad en términos de nuestra infelicidad, la infelicidad es el fondo sobre el cual la felicidad se refleja.
Si no existiera una no tendríamos el contraste que nos deja ver la otra, en realidad no estan separadas, son dos caras de una sola moneda.
Así que la próxima vez que te sientas aburrido, enfermo o fracasado, recuerda que ese es precisamente el fondo sobre el cual se reflejan tu creatividad, tu salud y tu éxito. No son tus enemigos, son absolutamente indispensables en tu existencia.
Aprende a amar lo malo tanto como amas lo bueno por que no puedes tener uno sin el otro. Y recuerda que temerle a la muerte en el fondo es temerle a la vida.
Cuando sentimos que las cosas "están mal" nuestra visión es incompleta, hemos decidido ver un solo lado, por que si miramos bien nos daremos cuenta que en este mismo instante hay infinidad de cosas que "están bien" y por las cuales podemos sentirnos agradecidos.
Simplemente hemos decidido no poner nuestra atención en ellas. En otras palabras: Estamos dormidos.
Pero si logramos despertar, si podemos ver como los opuestos dependen uno del otro y como en el fondo no están separados, nos daremos cuenta de algo increible:
De la misma forma en que arriba y abajo no estan separados, aquello que llamas "yo" y aquello que llamas "no yo" tampoco lo están.
Tú no eres un ser separado.
Lo que tú eres es el universo entero, esa es tu verdadera naturaleza, tu verdadero YO.
Así que cuando sientas tristeza, miedo y confusión, mira bien y descubrirás como se convierten en felicidad, valentía y claridad.
Por que en realidad los opuestos no son dos, son uno.
Y ese uno eres tú.
Santiago Jimenez Blanco.
Los placeres (comida, riqueza, compañía…) y los malestares (hambre, escasez, soledad…) son las señales de la naturaleza para la supervivencia, la personal y la de la especie. Son un medio, no un fin. Como tal hay que verlos, observarlos, distinguirlos. Si buscar los placeres o eludir todo signo doloroso se convierte en nuestra forma de vida, esa búsqueda o esa elusión se se convierten en nuestros amos. No debemos permitir que tales enfoques nos rijan. La atracción desordenada de los placeres nos conduce a las adicciones, las obsesiones, las manías, las compulsiones. El rechazo descontrolado de los malestares nos lleva a las aversiones, los pánicos, las fobias, las repulsiones. Cuando se llega a los extremos, acudimos a tratamientos. Pero si nos miramos, no interiorizamos, detectaremos tempranamente la permanencia de los opuestos. Y evitaremos el sufrimiento.
ResponderEliminarLo simbólico es producto de la mente racional. El lenguaje proyecta una ilusión sobre las cosas, muchas veces reemplazando la misma experiencia. Es tan potente el efecto de las palabras, que por unas cuantas algunos son capaces de lo peor, o en su defecto, de lo mejor. Dentro del discurrir del mismo lenguaje, los opuestos se nos presentan como irrenconciables, como antagonistas en términos de valores. !La realidad no es el lenguaje! Como escribió Borges en su "Otro poema de los dones", dando gracias por las maravillas de la vida..."por el lenguaje, que puede simular la sabiduría". O Wittgenstein, "los límites de mi lenguaje significan los límites de mi mundo". Una frase memorable en el texto: "Temerle a la muerte, es en el fondo temerle a la vida".
ResponderEliminar